Gabriela Chérrez <3 Benjamín Carrión
La trayectoria profesional de Gabriela Chérrez se compone de itinerarios en los que la creación artística y la gestión cultural han ido de la mano. En estos ámbitos laborales, así como en la docencia que hoy ejerce, la artista ha desarrollado como estrategia de supervivencia el reservarse una visión crítica frente a las instituciones culturales. En esta obra esa actitud se materializa en un suave coqueteo con el promotor de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. La artista se apropia de su frase insigne para proponer, no sin ironía, un nuevo sueño civilizatorio: convertir al Ecuador en una potencia sexual “porque para eso nos alienta el cuerpo y la historia”. De esta manera Chérrez dialoga con la utopía de Benjamín Carrión, quien creyó que nuestro destino era convertirnos en una potencia cultural ya que “no podíamos ni debíamos” serlo en otras esferas como la política, la economía, la diplomacia o la milicia.
La idea de Carrión se convirtió en la frase motivadora de la Casa, e impulsa su gestión cultural hasta ahora. Si visitamos el Museo de Arte Moderno de la CCE, la podemos encontrar en letras conmemorativas que parecen simbolizar, en la dureza y perdurabilidad del material, la vigencia y solemnidad del enunciado. A diferencia de esa estética museal que parece convertir a las palabras de Carrión en un ideal ahistórico, escrito en piedra, Chérrez elige un soporte efímero y festivo para compartir con espontaneidad su singular “propuesta”, sin ánimos de perpetuarla. El doblez de la superficie donde se instala la obra alude, metafóricamente, a la necesidad de un quiebre en la visión patriarcal que ha caracterizado, desde su fundación, la política cultural y administrativa de la Casa de la Cultura. Nunca una mujer, en la historia de la institución, ha ocupado la presidencia nacional. (Ana Rosa Valdéz, 2017)
Gabriela Chérrez <3 Benjamín Carrión. Instalación con globos de fibra sintética de poliamida. Dimensiones variables. 2017.