Aquel viejo motel
En su cuadro Aquel viejo motel vemos un cuarto de baño vacío, donde la sangre y el desorden son claros indicios de que estamos ante la escena de un crimen; lo que extrañamos es la ausencia de la victima (o de cualquier otra unidad icónica ligada a ella), aunque por el contexto sexualizado de la pintura (la habitación de un motel y el esmalte de uñas con que ha sido pintada), presumimos que se trata de una mujer.
Explorando un singular recurso expresivo que redunda y refuerza la significación de la obra, Chérrez ejecuta una brillante elipsis icónica al suprimir el objeto del delito para subvertir el discurso morboso y fetichista de la crónica roja, cuyo objeto del deseo está focalizado precisamente en la victima o en sus pertenencias. A su vez, el título del cuadro (que la artista toma prestado de una canción popular) da a la obra un trasfondo melodramático que parodia el tratamiento novelesco que la nota roja da al crimen pasional.
Como en el famoso A bigger splash de David Hockney (cuyos radiantes colores parece recuperar nuestra artista), o en las fotografías de lanorteamericana Laura Carton (quién borra digitalmente las imágenes pornográficas que extrae del Internet, para dejar interiores o exteriores deshabitados), la elipsis de Chérrez obliga al espectador a reconstruir o imaginar la figura elidida desde sus huellas o vestigios, y en esa falta, en esa ausencia premeditada reposa el poder de sugestión del cuadro, como su eficiencia crítica. ( Cristobal Zapata, 2006.)
Aquel viejo motel. Esmalte de uñas sobre MDF. 190 x 145 cms. 2010 (versión original del 2006)